Joelle, joven publicista felizmente casada, descubre un día que su vagina posee la facultad de hablar. Al principio, el sexo parlanchín limita sus observaciones al ámbito privado, señalando la insatisfacción sexual que padece, pese a que Joelle afirma lo contrario. Sin embargo, un día la vagina indiscreta decide comenzar a hablar en público, lo que provoca graves problemas a su propietaria y el inmediato interés de los medios de comunicación. Eric, el marido, terminará por descubrir, gracias a las frecuentes indiscrepciones del locuaz sexo parlante, que tras la cándida inocencia de Joelle se oculta una mujer con un turbulento pasado sexual