Poco después de la muerte de su último marido, el propio rey (Luis XIV) se reúne con nuestra heroína y le ruega que la ayude a convencer al embajador persa para que acepte un tratado. Sin embargo, lo que no se dieron cuenta fue que el apuesto persa era en realidad un sádico sexual. Entonces, le corresponde al medio hermano del rey, un príncipe húngaro, salvar a Angélique de las garras del malvado troll.