La historia se centra en una familia de latifundistas de la época colonial, que posee una plantación de caña al borde de la selva. Un día, mientras el dueño y sus hombres andan de caza, hallan a un niño huérfano en una cascada llena de hongos. El terrateniente decide llevarlo a casa para regalárselo a una de sus hijas. El chico es aceptado como un miembro más de la familia; pero, a medida que crece, su presencia despierta una intensa tensión sexual que llega a enfrentar a las mujeres de la casa.