Stéphanie Mazerin se ve obligada a sus cuarenta años a volver a vivir con su madre Jacqueline. Al principio todo parece normal, pero la convivencia no será fácil. Jacqueline es una mujer con carácter y lleva un estilo de vida bastante peculiar. Cuando su hija, por ejemplo, decide crear una cuenta de e-mail para su madre, se convierte en toda una hazaña. Su día a día incluye además escuchar la música de Francis Cabrel en bucle, partidas de Scrabble insoportables y preciados consejos maternales sobre cómo comportarse en la mesa o de qué forma debe llevar su vida. Pero ahí no acaba todo. Toda clase de secretos familiares saldrán a la luz en una cena familiar, pero de la forma más estimulante.