La libertad de los días de verano, recorrer Europa en tren, ligeros de equipaje, improvisando cuál será la próxima parada, nuevas experiencias y compañeros de aventuras. Y los amores efímeros, esos que dejan huella (pero no herida). Eso es esta Días color naranja, que empieza cuando Álvaro vuelve de Corea y se queda varado en Atenas por culpa de la explosión volcánica de Islandia de 2010. Es así como termina en un tren, donde conoce a un grupo que viaja en interrail. Entre ellos, la sueca Berta, a la que una edición de Los papeles póstumos del club Pickwick de Dickens le une.