Las vacaciones de Michel y Claire prometen ser duras. Sus tres hijas pequeñas, alborotadas por el intenso calor, acaparan gran parte de su energía. Además, su casa de verano está en obras desde hace cinco años y es una fuente permanente de problemas. En estas circunstancias, no es de extrañar que la pareja tenga los nervios de punta. Sin previo aviso llega, como caído del cielo, Harry, un amigo dispuesto a todo con tal de lograr la felicidad de Michel.