París, 1895. Madeleinie Gassart, una madre trabajadora de una fábrica de seda, está orgullosa de su hijo, Victor, que trabaja en el Palacio del Elíseo, como asesor gubernamental. Ambos son testigos de un asesinato, pero sabe que su hijo se comporta de una manera extraña, ocultando algo. Cree que su hijo participa en un complot. Ella se enfrenta a una elección imposible: defender al gobierno o los lazos de la sangre.