Zarko (Roman Luknar) es un joven inmigrante rumano ilegal, perdido en Bilbao. Se hace amigo de un viejo amigo jubilado, Goyo (Txema Blasco) que se resiste a abandonar su casa, en una zona industrial depauperada, codiciada por unos constructores sin escrúpulos. Salva (José M. Cervino) uno de los socios en la operación urbanística, con la promesa de conseguirle un pasaporte en regla, da empleo a Zarko: un trabajo humillante en el restaurante de su socia Maite (Carmen Elías), colaborando en sucias maniobras de extorsión destinadas a cobrar una antigua deuda. Una noche Zarko escribe una frase en una valla publicitaria de un horrible apeadero cuando aparece Inés, una joven fotógrafa. Animada por su amiga (Iciar Bollain) vuelve al apeadero y completa la frase para conseguir una cita en un bar de Bilbao. La relación que surge entre ellos significará la única posibilidad de él para salir del ambiente de delincuencia al que está abocado. Inés le ofrecerá su amistad e incluso, tal vez, su amor.