Director de cine y de teatro francés, nacido en Lézigné. Creador forjado en el teatro, comenzó su carrera en los escenarios con apenas diecinueve años interviniendo en una obra de Victor Hugo. Poco después se hizo cargo de la dirección del Teatro de Satrouville, donde obtuvo importantes galardones y su nombre se proyectó con fuerza en el firmamento escénico francés. Es a partir de la invitación del Festival de Spoleto cuando comienza a residir entre Francia e Italia y a participar en montajes de las más importantes compañías teatrales de ambos países, como el Piccolo Teatro de Milán o el Odeón de París. El espaldarazo definitivo lo recibe a principios de los años setenta al ser nombrado codirector, junto a Roger Planchon, del Thèâtre de la Cité de Villeurbane, y dirigir varias óperas de Richard Wagner en el prestigioso Festival de Bayreuth. Su debut cinematográfico se produce con La carne de la orquídea (1974), película inspirada en una novela negra de James Hadley Chase, y por la que recibe elogiosas críticas pese a que evidencia caídas de ritmo. Su segunda película, Judith Therpauve (1978), pasa también desapercibida aunque le proporciona una experiencia profesional que pondrá en práctica en la excelente El hombre herido (1982), donde se narra una pasión amorosa entre homosexuales que conduce hasta el asesinato. Ambientada en un universo siniestro, defiende con notable vigor cinematográfico la idea de que es imposible convivir en pareja sin que las relaciones amorosas se deterioren. Esta película señala también el encuentro de Chéreau con el productor Claude Berri, quien financiará dos de sus siguientes películas, y entre ellas la superproducción La reina Margot (1994). Este título, una de las producciones más arriesgadas de la historia del cine francés, supuso un resonante éxito internacional que asentó su figura como director cinematográfico. Con Intimidad (2001) logró el Oso de Oro en la Berlinale, certamen que dos años después también premió a Chréreau por la dirección de su nueva película, Su hermano (2003). En 1996 dirigió su último montaje teatral, Dans la solitude des champs de coton, antes de abandonar los escenarios para dedicarse por completo a la realización cinematográfica. Sin embargo, en enero de 2003 regresó al teatro con Phèdre, la tragedia de Jean Racine. En julio de 2005, por su parte, regresó a la ópera con la dirección de Cosi fan tutte de Mozart en el Festival de Aix-en-Provence. Aunque aficionado a las historias intimistas, de pocos personajes y sentimientos a flor de piel, buscó tanto en el teatro como en el cine o la ópera el espectáculo total, una fusión plena de música con actores, decorados y luces, que emocionen al espectador. Patrice Chereau murió prematuramente en París, a los 68 años, tras luchar contra un cáncer de pulmón.