Waldo visita la pequeña isla de Porto Santo, y sin querer es arrestado por robo. Cuando Carl, Steve y Eddie se enteran, vuelan allí y tratar de conseguir su liberación. El jefe de la Policía, Jaime Gutiérrez García, quien también es el alcalde y el gobernador, ofrece a liberar Waldo si Carl paga una multa enorme. Carl no tiene suficiente dinero, por lo que, Eddie y Steve en secreto ayudar a Waldo escapar esa noche. Pero García les atrapa y amenaza con la cárcel a los cuatro. Por suerte, también explica que los dólares de Porto Santo valen mucho menos de dólares estadounidenses y la multa es realmente muy pequeña. Waldo, Carl, Eddie y Steve regresen a casa. Por su parte, Laura se resiste a ir a una cita con un chico que nunca ha conocido a quien Harriette recomienda. Ella prefiere lsalir con el repartidor de pizza educado, David Phillips, que acaba de conocer, pero al llegar la noche resulta que el repartidor es el mismo chico que le quería presentar su madre.