La ruptura con Natalia deja a Caronte en su estado anímico más bajo. Querría cometer una locura y vengarse de Paniagua, pero Aurelio le frena a tiempo. En el juzgado, Caronte y Marta se enfrentan esta vez a un polémico caso en el que Ana, una chica humilde, ha denunciado a un grupo de chicos de familias acomodadas por violación.