El 6 de febrero de 1996, el vuelo 301 de Birgenair fue programado entre Puerto Plata, República Dominicana y Frankfurt, Alemania. Durante el despegue, el capitán notó que su indicador de velocidad no estaba funcionando adecuadamente, aunque el indicador del copiloto estaba indicando la velocidad correcta. Los pilotos se confundieron y creyeron que ambos indicadores estaban fallando, resultando en la entrada en pérdida de la aeronave y en su caída al mar, causándole la muerte a las 189 personas a bordo. Uno de los tres tubos de pitot usados para medir la velocidad del aire estaba obstruido y los investigadores determinaron que la presencia de nidos de insectos eran la causa más probable del bloqueo.