Kogoro va a un pequeño hostal donde el vivía en sus tiempos de estudiante. La dueña del hostal, Mitsue Zoda, invita a pasar a Kogoro, Ran y Conan a su casa. Poco más tarde van a la casa del nieto de Mitsue, Makoto Zoda, pero sin embargo encuentran las paredes pintadas con cera roja, una llave en el agua, y, lo peor de todo, descubren que Makoto se ha cortado las venas en la bañera.