Mientras está en el auto con Chiba, Conan se da cuenta quien es el culpable, después de darse cuenta de que las dos mujeres policías estaban indicando la señal de no parar y de haber descubierto que el número que Yagi había escrito en su teléfono era 7155, que corresponde al artículo de la ley que prohíbe el uso del teléfono al conducir.