Los chicos se enfrentan a la expulsión del instituto, pero deciden encontrar pruebas que demuestren que el Consejo Clandestino les tendió una trampa y presentárselas al director. Las únicas pruebas que pueden conseguir están en la sala del carcelero, y para acceder a ella tendrán que enfrentarse usando su fuerza a su guardiana: la vicepresidenta.